loading...

sábado, 1 de octubre de 2016

La violencia de género en la Rusia de los valores tradicionales

para ver mas entra a la pagina oficial dando clik aqui 


La violencia de género en la Rusia de los valores tradicionales



Moscú. Una mujer muere cada 40 minutos en Rusia víctima de la violencia de género, una lacra oculta y silenciada enun país dominado por valores ultraconservadores que toleran el machismo como parte de su tradición.
La escalofriante estadística, según la cual entre 12.000 y 14.000 mujeres mueren todos los años a manos de sus parejas, fue difundida por el Ministerio de Interior ruso en 2008, y desde entonces, pese a múltiples requerimientos de organismos internacionales, la evolución de este dato se oculta bajo siete llaves.
“En el último año se han denunciado en Rusia unos 50.000 casos deviolencia doméstica. El 90 por ciento de las víctimas son mujeres yniños. Y sólo es la punta del iceberg, en el mejor de los casos una décima parte de lo que pasa en realidad”, explicó a Efe MaríDavtián, abogada especializada en violencia de género.
La ley rusa es muy benevolente con el agresor, y por eso -por sino fuera ya suficiente que la violencia doméstica apenas no sedenuncia- la mayoría de las víctimas que recorren todo el camino desde la comisaría hasta el juicio pierden toda esperanza en laJusticia.
“Después de todo el calvario, casi todas las sentencias acaban enmulta. Como mucho, hemos conseguido una condena a trabajos sociales.
Y allí siguen para la mujer el miedo a ser perseguida, humillada, golpeada. Tras el juicio, se tiene que ir a casa con su maltratador,con el que debe compartir la custodia de sus hijos”, dice Davtián.
Mientras en algunos países como España toda la sociedad se vuelca en cortar de raíz cualquier agresión contra los más indefensos,Rusia ni siquiera cuenta con una legislación a este respecto.
Esta semana se ha registrado en el Parlamento ruso el proyecto de ley sobre la prevención de la violencia de género que permitiría ala policía actuar de oficio contra el agresor, sin esperar una decisión judicial, y ofrecer a las víctimas una mínima protección.
Pero tras conseguir con mucho esfuerzo que el proyecto llegue a debate parlamentario, Davtián, coautora del texto, se muestra pesimista sobre su futuro.
“Hay mucha presión por parte de círculos patriarcales de la sociedad, sobre todo religiosos, para impedir que se apruebe estaley. Dicen que destruirá a la familia rusa. Da la impresión de que la familia tradicional en nuestro país se basa en la violencia”, lamenta la abogada.
Rusia es una sociedad profundamente patriarcal, en la que losestereotipos machistas son mimados por la propaganda oficialista, el cine, la literatura, y también la educación, tanto en la familia como en el colegio.
“Por si fuera poco, en los últimos dos años asistimos a un retroceso en el campo de los derechos humanos, la revisión de losvalores en el sentido contrario a los europeos”, se queja Davtián.
El giro del Kremlin hacia la defensa a ultranza de los supuestos valores tradicionales se ha reforzado en medio de una grave crisis económica motivada, entre otras cosas, por el enfrentamiento con Occidente tras la anexión de la península ucraniana de Crimea y el respaldo de Moscú a los rebeldes prorrusos del este de Ucrania.
La Rusia del presidente Vladímir Putin, herida en su orgullo ysin nada más que ofrecer de puertas para fuera, ha desplegado unacampaña propagandística -orientada en primer lugar al consumointerno- en la que se presenta a sí misma como la última reservamoral del mundo cristiano, refugio para los hombres y mujeres debien.
Se contrapone a una Europa que en el lenguaje de la televisiónrusa es “débil y depravada, corroída por el vicio y el lobby homosexual que descomponen a la familia tradicional, invadida poruna inmigración que socava los cimientos de la civilización europea”.
En este contexto del “retorno a las raíces”, a todas luces retrógrado, “no es casual que las mujeres sean las víctimas en el 90 por ciento de los casos de la violencia doméstica”, observa Davtián.
“Además del problema en la legislación, tenemos un problema en nuestras cabezas. Jueces, fiscales, abogados, policías: todos somos producto de nuestra sociedad. Pero a diferencia de otros problemas que sí reconocemos como tales, el de la violencia de género seniega”, añade la abogada.
Aunque no todo es oscuridad sin esperanza de luz al final deltúnel, porque la situación parece cambiar aún a marchas forzadas, yya algunos medios de comunicación, sobre todo los más opositores, tratan de hacer visible la tragedia que viven decenas, o inclusocientos de miles de mujeres rusas.
“Asistimos al choque entre dos escalas de valores. Por un lado, ya se habla en la prensa y en la sociedad sobre la violencia degénero. Y por otro, vemos lo que parece el triunfo de las tradiciones patriarcales. Quizás sólo sea un desesperado intento derevertir el inexorable cambio hacia la igualdad”, concluye Davtián.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario