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Infarto Agudo al Miocardio, ¿Cuál es el enfoque nutricional?
Todos tenemos algún familiar, amigo o conocido quien ha sufrido un evento cardiovascular tipo Infarto agudo al miocardio, ¡pues Alerta!. Se reporta que cada 34 segundos alguien muere por esta causa y es alarmante encontrar que estadísticamente representa un tercio de las muertes por encima de los 35 años de edad, más frecuente en hombres (según el último reporte de la Asociación Americana del Corazón, sus siglas en inglés ‘AHA’).
Sin dudas, la globalización de la dieta occidental (ésa que se caracteriza por el alto consumo de carnes rojas, azúcares refinados, grasas saturadas) y sedentarismo, han contribuido al progreso de la enfermedad cardiovascular y es por esto que debemos trabajar colectivamente para frenar este crecimiento.
Cuando recibo un paciente que ha sobrepasado un Infarto, ya hablamos de una prevención “secundaria”, pues estamos realizando cambios secundarios a un evento cardiovascular como éste, y la tasa de recurrencia (que repita el evento) se ‘triplica’ si no se decide un cambio en el estilo de vida.
Lo principal, será individualizar cada caso, entender cuál es el perfil particular del paciente. Esto significa, que además de optimizar los niveles de colesterol LDL (idealmente por debajo de 70mg/dl), y el colesterol HDL (por encima de 40 mg/dl), influirá mantener los niveles de presión arterial controlados, los niveles de glicemia (azúcar en sangre) y la actividad física como componente no negociable.
Desde el punto de vista nutricional, realizaremos en -alianza- con el tratamiento farmacológico (estatinas, antihipertensivos, antiagregantes plaquetarios) un esfuerzo por mantener controlados los perfiles antes mencionados. Se recomendará el consumo de vegetales, frutas, nueces, pescados, pero en cantidades proporcionadas para cada persona.
Las guías Americana/Europea de Cardiología recomiendan 150 minutos semanales de ejercicio cardiovascular moderado, o 75 minutos semanales de ejercicio intenso, sin embargo, en el paciente post-infarto la actividad será recomendada según la capacidad funcional y situación clínica ‘específica’ de cada uno
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