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viernes, 26 de agosto de 2016

Arquitectura consciente para la salud

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Arquitectura consciente para la salud



A la hora de distribuir un espacio en la oficina o área de trabajo es de vital importancia que se haga de forma tal que los que ocuparán el lugar sientan que tienen control de su propio espacio personal.
La manera en que vivimos ha cambiado, y junto con este nuevo estilo de vida también aspectos como la arquitectura se han ido moldeando para adaptarse a nuestras necesidades. Ahora muchos diseñadores y expertos nos hablan de un concepto de arquitectura que aboga por la salud, una arquitectura consciente que se inclina por materiales y elementos menos tóxicos, y que hasta ha llegado a convertirse en una nueva rama de estudios en universidades estadounidenses, como el master en Diseño para la Salud Humana, que actualmente se imparte en la Boston Architectural College.
Ya se ha demostrado que un ambiente interior pobremente diseñado puede tener efectos negativos en la salud; por ejemplo, si el aire no circula bien, si la ventilación no es la adecuada, si la iluminación no contribuye al bienestar, y un sinnúmero de aspectos que aunque no estemos acostumbrados a tomar en cuenta, influyen marcadamente en cómo nos sentimos.
Esta nueva perspectiva de ver la arquitectura debe tener una importancia aun mayor cuando se habla de lugares de trabajo y el ambiente que en estos se pueda desarrollar. Para ello, estos son algunos de los puntos a considerar:
Evitar los apretujamientos
De sobra se sabe que nadie está cómodo en un ambiente donde no haya espacio para moverse. A la hora de distribuir un espacio en la oficina o área de trabajo es de vital importancia que se haga de forma tal que los que ocuparán el lugar sientan que tienen control de su propio espacio personal.
Integrar lo de afuera
Estudios demuestran que los empleados que tienen posibilidades de interactuar con los ambientes naturales exteriores son más productivos. Dar cabida a ventanas grandes que permitan ver el cielo también reduce los niveles de estrés y de tensión.
Una buena ventilación
El “Síndrome del Edificio Enfermo” es real. Este fenómeno ocurre mayormente cuando la ventilación de un espacio se aleja del flujo natural que necesitamos. Un espacio ventilado naturalmente reduce las posibilidades de humedad, y debe existir un balance entre la ventilación artificial, ya sea a base de abanico o aire acondicionado, y la que viene del exterior, especialmente cuando se está en contacto constante con químicos y productos de limpieza.
Iluminación saludable
La iluminación juega un papel especial. Mientras más se asemeje a la luz natural, mejor. Las luces fluorescentes pueden tener efectos negativos en la vista y otros factores del organismo

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